La Residencia de Olivos al trasladarse la Capital

Historia de la residencia de olivos y que hubiera pasado con ésta al trasladarse la Capital Federal a la Patagonia




La residencia de olivos corresponde a la suerte Nº 39 que Juan de Garay otorga a Rodrigo de Ibarrola, entre las actuales Carlos Villate y Antonio Malaver.

Al comenzar el siglo XIX era propiedad de Justa Rufina de Barsavilbaso, única hija de Manuel Barsavilbaso (quien se la había comprado a Pedro Morán) casada con Miguel de Azcuénaga.

Justa Rufina muere en 1819 y Miguel de Azcuénaga el 19 de diciembre de 1833.

Muertos ambos sus hijos heredan la propiedad, compuesta por La Chacra Vieja (La Manuela) heredada por Manuela y La Chacra Nueva (actual Quinta Presidencial) heredada por Manuel José, quien ya se dedicaba a la cría de caballos de raza.

En 1853 decide reformar la casa y recurre a su amigo Prilidiano Pueyrredón quien confecciona los planos y luego viaja a Europa.

De acuerdo a esos planos se realiza la construcción y Pueyrredón recién la conoce a su regreso.

Manuel José, soltero y sin sucesión, deja la quinta a sus sobrinos. Olaguer Feliú Azcuénaga fallece en 1873 y en 1881 muere su hermana, los herederos reparten los bienes, y La Chacra Nueva queda en poder del Dr. Antonio Justo Olaguer Feliú y Azcuénaga, ciego, soltero y sin sucesión.

En 1903 la hereda Carlos Villate Olaguer (tataranieto de Miguel de Azcuénaga y del Virrey Antonio Olaguer Feliú).

Poseedor de varias estancias, viajaba a menudo a París, y entre sus viajes disfrutaba de la quinta. Tenía un yate que anclaba en un muelle que había en el río.

En 1918 muere teniendo 46 años, dejó en su testamento parte de la chacra (desde el río a Maipú) como residencia veraniega para los presidentes de la república.

La donación fue aceptada el 3 de septiembre de 1920 ante el Juzgado Civil a cargo del Dr. Uladislao Padilla.

El 30 de septiembre el presidente Hipólito Irigoyen firma el decreto aceptando el legado, pero nunca ocupó la residencia, envió a tomar posesión al Dr. Honorio Pueyrredón.

El presidente de facto Tte. Gral. José Félix Uriburu la ocupo con su familia y el primer presidente constitucional que la habitó fue Justo e hizo grandes reformas en el parque, sustituyó el alambrado y el ligustro por un cerco de alambre artístico y reemplazó las tranqueras por portones de madera techados.

Instaló una colonia para niños débiles. Mejoró el edificio y a las caballerizas las convirtió en comedor para 1500 niños. Plantó sobre la avenida los famosos jacarandaes. También cedió la zona entre Libertador y el río al círculo militar.
El presidente Perón modernizó el parque, arregló el edificio, construyó el micro-cine y convirtió la colonia creada por Justo en sede deportiva de la Unión de Estudiantes Secundario.

El Dr. Frondizi es el primer presidente constitucional que utiliza la quinta como residencia permanente.

El presidente Dr. Arturo Illia habilitó una sala especial, al costado de la entrada principal, para que los periodistas desarrollen sus tareas. El general Lanusse, presidente de facto, inaugura el 22 de diciembre de 1972 la capilla Nuestra Señora de la Merced.

El presidente constitucional Dr. Héctor Cámpora solamente durmió una noche en la quinta y lo hizo en un sillón.

En 1974 la habita el general Perón, quien fallece en la quinta el 1 de julio, convirtiéndose en el tercer muerto en la residencia (los otros fueron Azcuénaga y Villate).

Asume el gobierno la vicepresidente María Estela Martínez de Perón y durante su estadía se construye el muro perimetral de ladrillo y se colocan puertas de hierro, en septiembre de 1975 la municipalidad promulga un nuevo código de Edificación, prohibiendo las construcciones que superen los 2 pisos.

El 10 de diciembre de 1893 asume el presiente Dr. Raúl Alfonsín, quien da nuevas funciones a la residencia. Algunos días de la semana permanecía en ella desempeñando sus tareas y convirtiendo a la quinta en Casa de Gobierno.

También se construye un túnel para acceder por la Avenida Libertador.

Al asumir Carlos Saúl Menem, en 1989, construye la cancha de golf y la de Paddle, el polígono de tiro, la sala de periodistas y realiza grandes cambios es el interior de la casa.

Si hubiese prosperado el traslado de la Capital a Viedma, la quinta sería hoy en día un hermoso parque público para los vecinos de Vicente López y para todos los habitantes de Argentina y del mundo que visitaran este municipio bonaerense.


FUENTE: http://www.vicentelopezportal.com.ar/archivos/24-1-05.htm

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