Un sueño que se esfumó

El traslado de la Capital, en 1985, desveló tanto a partidarios como a opositores del ambicioso proyecto. La propuesta implicaba además un enorme desafío urbanístico: fundar desde el inicio una ciudad, lo que pondría a prueba la capacidad de planificadores urbanos y equipos multidisciplinarios involucrados


Al iniciar su tercer año de gestión presidencial, el doctor Raúl Alfonsín lanzó una iniciativa, una propuesta para el futuro desarrollo de la Argentina, que resultaría tan sorpresiva como controvertida: trasladar la Capital Federal a Viedma (Carmen de Patagones).


Marchar al Sur, al frío y al mar, según expresiones del presidente de la Nación, implicaba no una modificación aislada, sino el comienzo de profundos cambios que se concretarían con la reforma de la Constitución, del Estado y la Administración central.


El esquema político, planteado entonces, procuraba la descentralización, el desarrollo regional (con particular énfasis en la Patagonia) y la salvaguardia del control soberano de una amplia porción del territorio nacional.


Conllevaba, asimismo, uno de los mayores desafíos urbanísticos de la historia de la Argentina: fundar una nueva capital que eximiera a Buenos Aires de uno de sus roles históricos.


El impacto que la noticia y posterior desarrollo del proyecto tuvieron en los ámbitos de opinión no contribuyó a lograr la culminación de un debate cuyo inicio puede rastrearse en los orígenes mismos de nuestro país: la pertinencia de que Buenos Aires, indiscutida primera metrópolis, monopolizara, además, el asiento del poder político.


Desde un punto de vista profesional, el traslado suscitó un evidente interés ante la posibilidad de estar en presencia de un proceso creador de gran magnitud que pondría a prueba, sin duda, la capacidad de concreción de planificadores urbanos y equipos multidisciplinarios involucrados.


El proyecto


Los decretos de presidencia número 527 y 528 de 1986, creando la Comisión Nacional para la Promoción y Desarrollo de la Región Patagónica, de la que dependía funcionalmente la Comisión Técnica Asesora presidida por el arquitecto José Luis Bacigalupo, secundado en esta función por los arquitectos Francisco J. García Vázquez y Jorge O. Riopedre (que dio origen, posteriormente, al Ente para el Traslado de la Capital) constituyeron la piedra basal de la ejecución del proyecto.
Pero resultó un inicio controvertido, por cuanto si bien se recurrió a profesionales de prestigio, algunas voces se alzaron reclamando un concurso de ideas que ampliara la base de participación profesional.


La Comisión Técnica Asesora realizó una tarea previa de investigación que involucró:



  • Un análisis exhaustivo de las opciones de localización de la nueva capital. El estudio resumió sus conclusiones en tres opciones: área central, región noroeste y el límite entre la región pampeana y la planicie patagónica, finalmente adoptada.



  • Clasificación de los antecedentes similares en el nivel mundial. Un seminario, con representantes de todos los países que sufrieron cambios o fundaciones recientes de sus capitales, se realizó en Buenos Aires.



  • Estudios físicos, bioambientales, económicos, sociodemográficos y otros inherentes a las características de la nueva implantación.

El Entecap desarrolló, posteriormente, estos lineamientos hasta la concreción de un Plan Director, que se ilustra en estas páginas, que preveía un conglomerado urbano que alcanzaría los 350.000 habitantes a los 10 años de su fundación (contando con 45.000 en origen), construyendo 7.300.000 m2 de edificios públicos y privados, con una densidad bruta variable entre 50 y 300 habitantes por hectárea, y una inversión total de aproximadamente 4726 millones de dólares (52% correspondiente al sector público y 48% al privado).


El desarrollo particularizado del proyecto preveía, asimismo, la implantación de concursos públicos que permitieran el aporte creativo de los distintos especialistas para la interpretación de las necesidades de la nueva ciudad.


Sólo pudieron concretarse los referidos a tres puentes vehiculares sobre el río Negro para integrar las márgenes de la futura implantación.


Resultaron ganadores dos consorcios integrados por prestigiosos profesionales de la ingeniería y la arquitectura, pero las obras nunca se concretaron.


La profunda crisis vivida a fines de los años 80 impidió la continuidad de la financiación por parte del gobierno central y el proyecto quedó finalmente desactivado con la llegada de la nueva administración.


El balance final demuestra que el proceso quedó, hasta hoy, tan inconcluso como lo fueran los anteriores intentos que registra la historia.


No fue necesario, al menos, recurrir al veto presidencial como en 1869 (120 años antes), pero se mantiene inalterable lo expresado en el proyecto de capitalización de Buenos Aires de 1880: Puede mañana sobrevenir el debate y sobrevendrá...


Desde el punto de vista de la planificación (en el nivel urbano y país) el tema se encuentra igualmente abierto. Es una de las asignaturas pendientes y es de esperar que tomemos conciencia de eso para comenzar a transitar un camino que haga más previsibles los desarrollos futuros. De eso depende que no sigamos generando proyectos inconclusos con sus secuelas de frustrantes expectativas.



Alfredo Guidali (h)


NOTA: Publicado en el Diario La Nación, el Miércoles 11 de noviembre de 1998

Piden indemnizar a Viedma

RIO NEGRO: A DIEZ AÑOS DEL FRUSTRADO TRASLADO DE LA CAPITAL FEDERAL


La Legislatura analiza pedir un resarcimiento no económico a la Nación
  Desde 1988, la ciudad duplicó su población
  Hoy la desocupación ronda el 20 por ciento, el parque industrial está vacío y cae el comercio

FERNANDO WILHELM. Viedma. Especial

A una década del frustrado traslado de la capital a Viedma, los legisladores municipales estudian reclamar una indemnización a la Nación.Antes de defraudar las expectativas creadas, miles de pobladores emprendieron un éxodo desde distintas regiones del país hasta la capital de Río Negro y duplicaron la cantidad de habitantes. Hoy en Viedma se agudizan los problemas sociales: viven 52 mil personas y la desocupación alcanza el 20 por ciento, siete puntos más que en el resto de la provincia.Separada de Viedma por el río Negro, Carmen de Patagones sufre una crisis igualmente grave. A fines del año pasado, los programas Trabajar sostenían 400 puestos de empleo en esa localidad del sur de la provincia de Buenos Aires. Pero en 1998 esa cifra descendió a 180, de los cuales 147 acaban de ser dados de baja. De todos modos, un contrato por seis meses no es solución para nadie y los sueldos de 200 pesos no alcanzan, planteó la Unión de Trabajadores Desocupados Maragatos.La iniciativa presentada por el concejal del Frepaso Juan José Tealdi comenzará a debatirse a fines de agosto por los intendentes, concejales y representantes de entidades intermedias de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre.No quieren dineroNo hablamos de una indemnización en dinero; queremos que la Nación aporte los medios necesarios para que las agroindustrias y el turismo puedan sustentar la zona, explicó el concejal Tealdi.En 1987, el entonces presidente Raúl Alfonsín impulsó la idea de trasladar al interior el asiento del gobierno nacional, pero la iniciativa naufragó antes de que el radicalismo abandonara el Poder Ejecutivo. Sin embargo, la ley que dio apoyatura legal al proyecto aún no fue derogada. Los 9 millones de dólares prestados al municipio de Viedma y los 3 millones de dólares recibidos en total por las comunas de Patagones y Guardia Mitre desde el Ente para el Traslado de la Capital (Entecap) se invirtieron en obras pluviales, pavimentación de calles y barrios de departamentos, donde se iban a alojar los obreros que construirían los edificios públicos y ampliarían la infraestructura de la ciudad. Hoy esas construcciones -donde crecen la marginalidad y la desocupación- se ven grises, resquebrajadas y superpobladas.Las últimas décadas fueron pródigas en frustraciones para los viedmenses. En los años sesenta, miles de inmigrantes llegaron a la capital provincial, atraídos por un proyecto agropecuario que prometía extender el área de riego a 60 mil hectáreas. Desde 1970 se radicó otro contingente, entusiasmado con un plan de salud provincial y la expansión de la capital. Y a fines de la década del 80, pobladores de todas las provincias -mayoritariamente entrerrianos, correntinos, pampeanos y carenciados del sur de Río Negro- se instalaron con la esperanza de dar forma a la capital federal. Pero ningún emprendimiento alcanzó el éxito prometido.Queremos reclamar a la Nación, encabezados por el intendente Fernando Chironi (UCR). Empezaremos por evaluar lo que se necesita para despegar y no lo que se dejó de hacer por el traslado, explicó el concejal Tealdi, antes de destacar las posibilidades que ofrecen la producción agropecuaria del valle inferior del Río Negro y el potencial turístico de la zona.Sin industrias ni comercioViedma atraviesa la peor crisis de sus 206 años de existencia. El parque industrial está vacío y el comercio ve caer las ventas, especialmente desde este año, que hasta ahora suma 500 nuevos desempleados de la administración pública.La idea de reclamar un resarcimiento fue apoyada en forma inmediata por el Concejo Deliberante de Carmen de Patagones, que, del mismo modo que el municipio de Viedma, se vio obligado a solicitar una condonación de deudas acumuladas. A su vez, el intendente de Carmen de Patagones, Magdaleno Ramos (PJ), estimó que la cifra de desocupados de la ciudad que gobierna ronda el 20 por ciento, como en Viedma. La Alianza apoya el pedido, a fin de que se concreten las inversiones necesarias, sostuvo el concejal Mario Sánchez desde su banca de Patagones.


FUENTE: Diario Clarin, Edición Lunes 17/08/1998

Piden indemnizar a Viedma

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Desde 1988, la ciudad duplicó su población
Hoy la desocupación ronda el 20 por ciento, el parque industrial está vacío y cae el comercio


FERNANDO WILHELM. Viedma. Especial

A una década del frustrado traslado de la capital a Viedma, los legisladores municipales estudian reclamar una indemnización a la Nación.Antes de defraudar las expectativas creadas, miles de pobladores emprendieron un éxodo desde distintas regiones del país hasta la capital de Río Negro y duplicaron la cantidad de habitantes. Hoy en Viedma se agudizan los problemas sociales: viven 52 mil personas y la desocupación alcanza el 20 por ciento, siete puntos más que en el resto de la provincia.Separada de Viedma por el río Negro, Carmen de Patagones sufre una crisis igualmente grave. A fines del año pasado, los programas Trabajar sostenían 400 puestos de empleo en esa localidad del sur de la provincia de Buenos Aires. Pero en 1998 esa cifra descendió a 180, de los cuales 147 acaban de ser dados de baja. De todos modos, un contrato por seis meses no es solución para nadie y los sueldos de 200 pesos no alcanzan, planteó la Unión de Trabajadores Desocupados Maragatos.La iniciativa presentada por el concejal del Frepaso Juan José Tealdi comenzará a debatirse a fines de agosto por los intendentes, concejales y representantes de entidades intermedias de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre.No quieren dineroNo hablamos de una indemnización en dinero; queremos que la Nación aporte los medios necesarios para que las agroindustrias y el turismo puedan sustentar la zona, explicó el concejal Tealdi.En 1987, el entonces presidente Raúl Alfonsín impulsó la idea de trasladar al interior el asiento del gobierno nacional, pero la iniciativa naufragó antes de que el radicalismo abandonara el Poder Ejecutivo. Sin embargo, la ley que dio apoyatura legal al proyecto aún no fue derogada.Los 9 millones de dólares prestados al municipio de Viedma y los 3 millones de dólares recibidos en total por las comunas de Patagones y Guardia Mitre desde el Ente para el Traslado de la Capital (Entecap) se invirtieron en obras pluviales, pavimentación de calles y barrios de departamentos, donde se iban a alojar los obreros que construirían los edificios públicos y ampliarían la infraestructura de la ciudad. Hoy esas construcciones -donde crecen la marginalidad y la desocupación- se ven grises, resquebrajadas y superpobladas.Las últimas décadas fueron pródigas en frustraciones para los viedmenses. En los años sesenta, miles de inmigrantes llegaron a la capital provincial, atraídos por un proyecto agropecuario que prometía extender el área de riego a 60 mil hectáreas. Desde 1970 se radicó otro contingente, entusiasmado con un plan de salud provincial y la expansión de la capital. Y a fines de la década del 80, pobladores de todas las provincias -mayoritariamente entrerrianos, correntinos, pampeanos y carenciados del sur de Río Negro- se instalaron con la esperanza de dar forma a la capital federal. Pero ningún emprendimiento alcanzó el éxito prometido.Queremos reclamar a la Nación, encabezados por el intendente Fernando Chironi (UCR). Empezaremos por evaluar lo que se necesita para despegar y no lo que se dejó de hacer por el traslado, explicó el concejal Tealdi, antes de destacar las posibilidades que ofrecen la producción agropecuaria del valle inferior del Río Negro y el potencial turístico de la zona.Sin industrias ni comercioViedma atraviesa la peor crisis de sus 206 años de existencia. El parque industrial está vacío y el comercio ve caer las ventas, especialmente desde este año, que hasta ahora suma 500 nuevos desempleados de la administración pública.La idea de reclamar un resarcimiento fue apoyada en forma inmediata por el Concejo Deliberante de Carmen de Patagones, que, del mismo modo que el municipio de Viedma, se vio obligado a solicitar una condonación de deudas acumuladas. A su vez, el intendente de Carmen de Patagones, Magdaleno Ramos (PJ), estimó que la cifra de desocupados de la ciudad que gobierna ronda el 20 por ciento, como en Viedma. La Alianza apoya el pedido, a fin de que se concreten las inversiones necesarias, sostuvo el concejal Mario Sánchez desde su banca de Patagones.


NOTA: Publicado en el diario Clarín, el 17 -08 -1998