Debate Parlamentario modificacion Ley Cafiero

Reunion No. 18 - 12a. Sesion ORDINARIA celebrada el 08/08/2007


modificación de la ley 24.588 de garantía de los intereses del estado nacional en la ciudad autónoma de buenos aires





sr. DELICH, FRANCISCO JOSE - - CORDOBA.- Señor presidente: trataré de ser lo más breve posible.


Antes de ingresar a este recinto sabía muy bien que la Cámara iba a discutir este proyecto, y en consecuencia, como corresponde, me tomé mi tiempo para estudiar hasta donde pude todos los aspectos relativos a esta cuestión, incluyendo los constitucionales.Escuché atentamente la exposición del señor diputado Accastello, y puedo decir con alegría que comparto absolutamente cada uno de los puntos que mencionó; no sólo estoy de acuerdo con lo que dijo sino que también comparto el tono y el espíritu de su exposición.


Como no disponía del texto del proyecto de ley, pues se trata de un asunto considerado sobre tablas, mi primera reacción fue pedir una interrupción para saber qué decía la iniciativa, que estoy dispuesto a votar en razón de que acepto lo señalado por el señor diputado Accastello.


Por alguna razón, tal vez inconscientemente, me pregunté cómo se había fundado la República en este país, es decir, cómo fue el momento en que apareció la conciencia de ser República. Recuerdo que ésta se fundó cuando Mariano Moreno dijo que "nadie, ni ebrio ni dormido, puede..." y lo que sigue. Esto, en relación con ese episodio.Creo que estábamos frente a una falsa discusión, porque nadie puede pensar sensatamente en la transferencia sin más de la Policía Federal, tanto a la Ciudad de Buenos Aires como a cualquier otra parte.


Por eso traté de aprender y comprobar la complejidad de lo que es la Policía Federal, además de lo que significa.


Existía una falsa discusión hasta que se aceptó esto que se ha aceptado: que va a existir una negociación entre el poder nacional y la Ciudad de Buenos Aires. Por supuesto que si existen transferencias, habrá recursos. Eso es lo que supongo.


Lo que ha quedado en claro es que se cambió el eje de la discusión, y que la Ciudad de Buenos Aires tiene que organizar la seguridad, lo que incluye no sólo a la policía sino también los tribunales y otras cuestiones. Entonces, desde ese punto de vista, para mí termina la discusión y comienza otra que va a ser todavía más importante, en la que debemos estar dispuestos a recuperar efectivamente lo que fue 1994, lo que se votó en la Convención Constituyente y los orígenes de esta autonomía de Buenos Aires. A veces, por oportunismo, se demoniza muy fácilmente, se olvida el pasado de trece años y no sabemos luego de qué estamos hablando.


Esta autonomía que se reclama -cuestión con la que estoy de acuerdo- y que se va dar a la Ciudad de Buenos Aires, tiene su origen exactamente en el momento en que este Parlamento aprobó el traslado de la Capital Federal a Viedma-Carmen de Patagones. En ese momento se dijo que si la Capital se iba a trasladar a Viedma, entonces esta Ciudad de Buenos Aires debía tener un estatus distinto al de ahora. Después, en el gobierno del doctor Alfonsín, se creó el Consejo para la Consolidación de la Democracia, donde por supuesto se planteó el tema de la reforma de la Constitución y la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires en función del traslado de la capital. Lo que estoy manifestando se incluyó en la primera reunión de lo que mal se llamó Pacto de Olivos, que tuvieron los doctores Alfonsín y Menem. Después fue contemplado en un acuerdo entre la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista, que luego formó parte del Núcleo de Coincidencias Básicas, que figura en la ley de convocatoria para la reforma constitucional.


De modo que no podemos olvidar el origen, porque considero que tenemos que replantear otra vez aquel sueño frustrado de trasladar la capital a Viedma. Ahora deberíamos sostener que vamos a conceder toda la autonomía a la Ciudad de Buenos Aires, pero que vamos a trasladar la capital, por las mismas razones que se quiso trasladar en 1987.


Tenía razón el señor diputado Pinedo cuando sostuvo que aquí no se concentra el centralismo de la Ciudad de Buenos Aires sino el poder militar, el poder político, el poder financiero y el poder económico. Ese es el punto y no los porteños.


Aquel sueño de Alfonsín y del radicalismo de cien años no pasa por abandonar a la Ciudad de Buenos Aires, sino por el hecho de que haya una nueva capital. Esperemos que esto se discuta también con esta forma de consolidar la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Por eso este bloque va apoyar este proyecto, con la esperanza de que se concrete el traslado de la capital a Viedma.






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