Vamos a continuar con una noticia que nos ha llamado la atención. Si ayer hablábamos de la “Ciudad del Mundo” de Paul Auster, ésta habla sobre La Ciudad de las Mil Ciudades.Se trata de un proyecto que se llevará a cabo en Corea del Sur para descongestionar su actual capital, Seúl, imitando la idea que llevó a Brasil a crear de la nada su actual capital, Brasilia, hace ahora 46 años. Se pretende así crear un flujo de población hacia zonas deshabitadas con el objetivo de distribuir una población aglomerada en grandes ciudades.
Lo curioso del proyecto, llevado a cabo por el equipo del arquitecto Andrés Perea , es la estructura que propone para la nueva capital administrativa:
“una especie de collar de unos 27 kilómetros de perímetro. Sus 25 cuentas serán núcleos urbanos con todos los equipamientos necesarios para 20.000 habitantes. La cuerda que los unirá está formada en realidad por dos autopistas subterráneas, una vía superficial y un ferrocarril metropolitano elevado (todos ellos superpuestos)”
Es decir, una especie de Ciudad de Ciudades que rodeará a una zona natural que se pretende conservar en lo posible. Además del aplauso que merece un proyecto arquitectónico con voluntad de minimizar el impacto medioambiental, llama la atención su estructura “molecular”, lejos de una agregación centralizada de construcciones. Pequeñas Ciudades dentro de una Ciudad.
Esta curiosidad no solamente vuelve a recordarnos la auto-referencia, sino que en próximos eslabones la retomaremos para constatar el hecho de que la propia naturaleza nos enseña mucho acerca de la estructura óptima de un objeto. La auto-referencia, la fractalidad, son conceptos que refieren a habilidades que la naturaleza lleva milenios utilizando para evolucionar, y que nosotros estamos aún en los albores de comprender plenamente.
Por nuestra parte, seguiremos auto-referenciándonos continuamente. Es la forma de construir una bitácora fractal.
Lo curioso del proyecto, llevado a cabo por el equipo del arquitecto Andrés Perea , es la estructura que propone para la nueva capital administrativa:
“una especie de collar de unos 27 kilómetros de perímetro. Sus 25 cuentas serán núcleos urbanos con todos los equipamientos necesarios para 20.000 habitantes. La cuerda que los unirá está formada en realidad por dos autopistas subterráneas, una vía superficial y un ferrocarril metropolitano elevado (todos ellos superpuestos)”
Es decir, una especie de Ciudad de Ciudades que rodeará a una zona natural que se pretende conservar en lo posible. Además del aplauso que merece un proyecto arquitectónico con voluntad de minimizar el impacto medioambiental, llama la atención su estructura “molecular”, lejos de una agregación centralizada de construcciones. Pequeñas Ciudades dentro de una Ciudad.
Esta curiosidad no solamente vuelve a recordarnos la auto-referencia, sino que en próximos eslabones la retomaremos para constatar el hecho de que la propia naturaleza nos enseña mucho acerca de la estructura óptima de un objeto. La auto-referencia, la fractalidad, son conceptos que refieren a habilidades que la naturaleza lleva milenios utilizando para evolucionar, y que nosotros estamos aún en los albores de comprender plenamente.
Por nuestra parte, seguiremos auto-referenciándonos continuamente. Es la forma de construir una bitácora fractal.
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