Por Héctor Pérez Morando
Antes del proyecto de traslado de la Capital Federal al Valle Inferior del río Negro al que nos referimos en nota anterior ("Río Negro" 18/3/04, XXIV) hubo otro intento -no constitucional- de variar límites regionales, que pasó a engrosar la lista de proyectos nacidos en escritorios porteños mencionados en escritos precedentes. Fue durante el gobierno de Onganía como ley 16.964 del 30 de setiembre de 1966, bautizada "Sistema Nacional de Planeamiento y Acción para el Desarrollo", bendecido por el Estatuto de la Revolución Argentina, y que con su articulado y reglamentación puso en funcionamiento el famoso Consejo Nacional de Desarrollo (Conade), sus satélites, el Conase (Consejo Nacional de Seguridad) y la incorporación del CFI (Consejo Federal de Inversiones). El ente era presidido por el presidente de la Nación y dicha ley fue reglamentada mediante decreto Nº 1.907, del 21/3/1967. La Secretaría del Conade tenía amplias facultades -muy amplias por cierto- que omitimos detallar, pero lo principal y que interesa en relación con el tema que estamos desarrollando, expresaba en la "Parte III, art. 11: El territorio nacional se dividirá en 8 regiones de desarrollo, a saber: 1 Patagonia. 2 Comahue. 3 Cuyo. 4 Centro. 5 Nord-oeste. 6 Nord-este. 7 Pampeana. 8 Area Metropolitana. Art. 12: La Región de Desarrollo Patagonia comprenderá las provincias de Chubut y Santa Cruz y el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Art. 13: La Región de Desarrollo Comahue comprenderá las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa y los partidos de Patagones, Villarino, Coronel de Marina Leonardo Rosales, Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Tres Arroyos, Tornquist, Puán, Coronel Pringles, Coronel Suárez, Saavedra, Adolfo Alsina, Guaminí, Salliqueló y Pellegrini de la provincia de Buenos Aires" (sic). Disponía igualmente que actuaría una Junta de Gobernadores de las provincias integrantes de cada región y marcaba las funciones de competencia.
Cada región tenía su "Oficina Regional de Desarrollo", la del Comahue estaba en Neuquén y recordamos a su director, ingeniero Aguirre. La de Desarrollo Patagonia funcionaba en Comodoro Rivadavia. Aquellos directores regionales participaban en las reuniones de las Juntas de Gobernadores. Quedaron evidencias de su accionar en estudios, proyectos y obras públicas de importancia, pero las nuevas regiones que hemos citado fueron otra experiencia de la movilidad geográfica interior del país de acuerdo con el pensamiento del gobierno de turno, detalladas en notas anteriores.
El 10 de mayo de 1988, durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, se hizo presente otro proyecto enviado con esa fecha al Congreso de la Nación, "sometiendo a consideración" las "Bases para la Regionalización del Plan Nacional de Desarrollo -Región Patagónica", en cumplimiento del artículo 10 de la ley 23.512 de traslado de la Capital Federal comentado en la nota XXIV. Dicho artículo disponía que "El Poder Ejecutivo Nacional presentará al Congreso de la Nación para su aprobación, dentro del plazo de un año... un plan nacional que... contenga obras y medidas que sirvan para la integración territorial, el equilibrio demográfico, la reforma y descentralización administrativa, así como el desarrollo patagónico y de las otras regiones del país..." Sin duda, clarísimo y con buenos propósitos.
Decía Alfonsín en el artículo 3 de su mensaje (trámite parlamentario Nº 10): "Como primer resultado de los trabajos de regionalización del Plan Nacional de Desarrollo" se elevaban las citadas "bases", haciendo notar los "profundos desequilibrios regionales" que el modelo vigente hasta entonces producía "en torno del puerto de Buenos Aires y la gravitación socioeconómica de la Pampa Húmeda", sin dejar de recordar que "los objetivos y estrategias" del documento elaborado tenían "origen en la compatibilización de objetivos y estrategias nacionales y regionales, en el convencimiento de que sólo un desarrollo armónico de todas y cada una de las regiones permitirá el desarrollo integrado de la Nación como un todo". Luego viene la descripción de la "Caracterización de la región", recursos naturales, aspecto económico-social, producto bruto y otros temas, de lo cual "se desprende una subregionalización de la Patagonia que, en términos generales, ha sido aceptada como un esquema de situación derivada de factores geográficos y poblacionales y del grado de desarrollo alcanzado en cada caso, a saber: Subregión norte: provincias del Neuquén y Río Negro. Subregión centro: provincias del Chubut y Santa Cruz. Subregión sur: territorio nacional de la Tierra del Fuego". Otra división regional.
Casi ningún elemento descriptivo, evaluativo y de proyección escapó del mensaje presidencial de Alfonsín, y se animó hasta con que "la región Patagonia resultó particularmente vulnerable" y en lo ecológico "la región patagónica no escapa al desequilibrio del ecosistema correspondiente" (contaminaciones varias, deterioro del bosque natural y desertización), por lo cual el plan presentado al Congreso para el desarrollo de la región contemplaba "la defensa de su ecosistema".
Como acotación -aunque escape un poco al tema- también recordó las obras proyectadas o en ejecución por Agua y Energía Eléctrica: centrales hidroeléctricas en Segunda Angostura, El Chihuido, Michihuao, Pichi Picún Leufú y la planta de agua pesada a cargo de la CNEA. También incluía obras muy importantes, como la pavimentación de tramos faltantes de la ruta nacional 40, Alcalis de la Patagonia SA y otras que siguen en espera.
Aquellas "Bases para la regionalización del Plan Nacional de Desarrollo - Región Patagónica" no llegaron a ser tratadas por el Congreso Nacional y estos dos casos los sumamos a los enumerados anteriormente (nota XXIII, "Río Negro" 18/2/04) -¿otra frustración?-, con lo cual la asimetría de región-regionalización es otra cuenta pendiente para el país.
Con esta nota ponemos fin a tan interesante tema nacional. Modesta inquietud que hace tiempo es parte de nuestro quehacer patagónico y que hemos desarrollado muy sintéticamente -sin duda da para un libro- como simple aporte, a lo mejor, para quienes en algún momento -¿cuándo?- tengan que afrontar el gran y postergado problema argentino, la regionalización, con seriedad técnica y científica. No sabemos si en los pliegos del pasado ha quedado escondida y sin trascendencia alguna otra iniciativa similar. Nosotros solamente hemos adornado los distintos casos con algo de historia patagónica.
NOTA: Publicado en el Diario Río, Negro el Martes 13 de abril de 2004
http://www.rionegro.com.ar/arch200404/13/o13j03.php
Antes del proyecto de traslado de la Capital Federal al Valle Inferior del río Negro al que nos referimos en nota anterior ("Río Negro" 18/3/04, XXIV) hubo otro intento -no constitucional- de variar límites regionales, que pasó a engrosar la lista de proyectos nacidos en escritorios porteños mencionados en escritos precedentes. Fue durante el gobierno de Onganía como ley 16.964 del 30 de setiembre de 1966, bautizada "Sistema Nacional de Planeamiento y Acción para el Desarrollo", bendecido por el Estatuto de la Revolución Argentina, y que con su articulado y reglamentación puso en funcionamiento el famoso Consejo Nacional de Desarrollo (Conade), sus satélites, el Conase (Consejo Nacional de Seguridad) y la incorporación del CFI (Consejo Federal de Inversiones). El ente era presidido por el presidente de la Nación y dicha ley fue reglamentada mediante decreto Nº 1.907, del 21/3/1967. La Secretaría del Conade tenía amplias facultades -muy amplias por cierto- que omitimos detallar, pero lo principal y que interesa en relación con el tema que estamos desarrollando, expresaba en la "Parte III, art. 11: El territorio nacional se dividirá en 8 regiones de desarrollo, a saber: 1 Patagonia. 2 Comahue. 3 Cuyo. 4 Centro. 5 Nord-oeste. 6 Nord-este. 7 Pampeana. 8 Area Metropolitana. Art. 12: La Región de Desarrollo Patagonia comprenderá las provincias de Chubut y Santa Cruz y el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Art. 13: La Región de Desarrollo Comahue comprenderá las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa y los partidos de Patagones, Villarino, Coronel de Marina Leonardo Rosales, Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Tres Arroyos, Tornquist, Puán, Coronel Pringles, Coronel Suárez, Saavedra, Adolfo Alsina, Guaminí, Salliqueló y Pellegrini de la provincia de Buenos Aires" (sic). Disponía igualmente que actuaría una Junta de Gobernadores de las provincias integrantes de cada región y marcaba las funciones de competencia.
Cada región tenía su "Oficina Regional de Desarrollo", la del Comahue estaba en Neuquén y recordamos a su director, ingeniero Aguirre. La de Desarrollo Patagonia funcionaba en Comodoro Rivadavia. Aquellos directores regionales participaban en las reuniones de las Juntas de Gobernadores. Quedaron evidencias de su accionar en estudios, proyectos y obras públicas de importancia, pero las nuevas regiones que hemos citado fueron otra experiencia de la movilidad geográfica interior del país de acuerdo con el pensamiento del gobierno de turno, detalladas en notas anteriores.
El 10 de mayo de 1988, durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, se hizo presente otro proyecto enviado con esa fecha al Congreso de la Nación, "sometiendo a consideración" las "Bases para la Regionalización del Plan Nacional de Desarrollo -Región Patagónica", en cumplimiento del artículo 10 de la ley 23.512 de traslado de la Capital Federal comentado en la nota XXIV. Dicho artículo disponía que "El Poder Ejecutivo Nacional presentará al Congreso de la Nación para su aprobación, dentro del plazo de un año... un plan nacional que... contenga obras y medidas que sirvan para la integración territorial, el equilibrio demográfico, la reforma y descentralización administrativa, así como el desarrollo patagónico y de las otras regiones del país..." Sin duda, clarísimo y con buenos propósitos.
Decía Alfonsín en el artículo 3 de su mensaje (trámite parlamentario Nº 10): "Como primer resultado de los trabajos de regionalización del Plan Nacional de Desarrollo" se elevaban las citadas "bases", haciendo notar los "profundos desequilibrios regionales" que el modelo vigente hasta entonces producía "en torno del puerto de Buenos Aires y la gravitación socioeconómica de la Pampa Húmeda", sin dejar de recordar que "los objetivos y estrategias" del documento elaborado tenían "origen en la compatibilización de objetivos y estrategias nacionales y regionales, en el convencimiento de que sólo un desarrollo armónico de todas y cada una de las regiones permitirá el desarrollo integrado de la Nación como un todo". Luego viene la descripción de la "Caracterización de la región", recursos naturales, aspecto económico-social, producto bruto y otros temas, de lo cual "se desprende una subregionalización de la Patagonia que, en términos generales, ha sido aceptada como un esquema de situación derivada de factores geográficos y poblacionales y del grado de desarrollo alcanzado en cada caso, a saber: Subregión norte: provincias del Neuquén y Río Negro. Subregión centro: provincias del Chubut y Santa Cruz. Subregión sur: territorio nacional de la Tierra del Fuego". Otra división regional.
Casi ningún elemento descriptivo, evaluativo y de proyección escapó del mensaje presidencial de Alfonsín, y se animó hasta con que "la región Patagonia resultó particularmente vulnerable" y en lo ecológico "la región patagónica no escapa al desequilibrio del ecosistema correspondiente" (contaminaciones varias, deterioro del bosque natural y desertización), por lo cual el plan presentado al Congreso para el desarrollo de la región contemplaba "la defensa de su ecosistema".
Como acotación -aunque escape un poco al tema- también recordó las obras proyectadas o en ejecución por Agua y Energía Eléctrica: centrales hidroeléctricas en Segunda Angostura, El Chihuido, Michihuao, Pichi Picún Leufú y la planta de agua pesada a cargo de la CNEA. También incluía obras muy importantes, como la pavimentación de tramos faltantes de la ruta nacional 40, Alcalis de la Patagonia SA y otras que siguen en espera.
Aquellas "Bases para la regionalización del Plan Nacional de Desarrollo - Región Patagónica" no llegaron a ser tratadas por el Congreso Nacional y estos dos casos los sumamos a los enumerados anteriormente (nota XXIII, "Río Negro" 18/2/04) -¿otra frustración?-, con lo cual la asimetría de región-regionalización es otra cuenta pendiente para el país.
Con esta nota ponemos fin a tan interesante tema nacional. Modesta inquietud que hace tiempo es parte de nuestro quehacer patagónico y que hemos desarrollado muy sintéticamente -sin duda da para un libro- como simple aporte, a lo mejor, para quienes en algún momento -¿cuándo?- tengan que afrontar el gran y postergado problema argentino, la regionalización, con seriedad técnica y científica. No sabemos si en los pliegos del pasado ha quedado escondida y sin trascendencia alguna otra iniciativa similar. Nosotros solamente hemos adornado los distintos casos con algo de historia patagónica.
NOTA: Publicado en el Diario Río, Negro el Martes 13 de abril de 2004
http://www.rionegro.com.ar/arch200404/13/o13j03.php
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